El principal agente contaminante de nuestros cristales es sin duda, la lluvia ácida, es un fenómeno que se ha vuelto muy común hoy en día por la alta concentración de sustancias químicas que existen en la capa de ozono. Cuando cae la lluvia, el agua de la precipitación tiende a caer con los contaminantes existentes en la atmósfera como los ácido sulfúricos y el ácido de nitrógeno.
De esta manera la lluvia ácida al caer sobre los cristales del auto, va dejando manchas de gotas que son difíciles de quitar, conforme este efecto aumenta puede llegar incluso a crear una niebla o suciedad en la parte externa de los cristales.
Lo más alarmante de esta situación, es que esas manchas están compuestas de ácidos que lenta y progresivamente corroen la composición del vidrio provocando cráteres e incluso ayudan a maximizar el daño de imperfecciones creadas por piedras que nos topamos en el camino, aumentando así las probabilidades de requerir un reemplazo de cristal.
Cómo siempre la prevención es la mejor herramienta para alargar la vida útil de nuestras pertenencias; por eso te invitamos a que pongas atención a estos detalles y realices lo necesario para cuidar los cristales de tu vehículo e incluso los vidrios de tu casa.